Capítulo 8: El Josh Odiseo (Segunda Parte)

sábado, 21 de julio de 2012





Salón de ensayos:


-¿Ya está?- masculló Josh al momento en que finalizaba de tocar algunas notas en su guitarra azul metálico de detalles y calcomanías doradas

-aún lo oigo… un poco… ammm, ¿enojado?-

-¿es este un mensaje subliminal?-

-en parte si, en parte no- sonrió Mary.

Josh conocía las maneras en que Mary “fácilmente” lograba sacar información de algún tipo si ponía empeño, sabía que muy por debajo de su despiste había un sentido intuitivo peligroso, sabía también que ella sentía curiosidad por su repentino enojo, lo gracioso en tal caso era que ni él sabía que rayos sucedía, ¿había un problema? Pues parecía que sí, pero desconocía su naturaleza.

Él, al oírle hablar, solo guardó silencio y tomó entre sus manos las partituras.

-Yo automáticamente al oir The Kill siento euforia, ¿qué quieres exactamente que irradie?- preguntó aun con sus ojos clavados en las partituras. Estaban sentados en el suelo de madera del salón de ensayos.

-Menos euforia, más melancolía- respondió segura Mary

-¿melancolía? ¿Qué quieres exactamente del video?-

-Bien, supongo que solo entenderías el video si lo ves, ¿no?- dijo ella levantándose del suelo

-¿harás magia para que lo vea?- dijo este con fastidio y muchísimo sarcasmo siguiéndola

-Debería hacer un hechizo la verdad, doctor amargura- dijo esta, luego se mordió su labio inferior –Hablaré en “español” para los niños que no entienden- hizo las comillas con las manos.- si el video no está filmado, pero tienes cerca al director, puedes recrearlo, ¿no?-

-¡Pues por ahí hubieses empezado!- soltó este con fastidio, Mary por su parte torció los ojos en forma de desconcierto

-¿entonces? ¿Quieres saberlo o seguirás así?-

-vale, me callo- dijo Josh con voz de niño obediente, Mary dio un paso al frente dándole la espalda

-cierra los ojos- dijo esta,  Josh cual puñal sintió que esas palabras lo atravesaron. Soltó la guitarra quedándose estático sin saber por qué razón. Esa frase… <<-Te daré un trato especial, a cambio de dejarte en paz, solo tienes que cerrar los ojos… -¿para qué?- (…)   -en eso me demostrarás cuanto confías en mi, solo ciérralos, transmutaré tus penas-   -¿cómo?- -un mago no dice sus conjuros (…)>>


Un estruendo en el suelo.

-¡Hey!- al escuchar el chillido de la misma persona que lo había dejado estático se dio cuenta de que esta lo tomaba de los hombros casi de punta en sus pies. Había soltado su guitarra y Mary estaba ahí tan preocupada. El choque de miradas lo abrumaba, se alejó con una velocidad impresionante, como si ella fuese capaz de contagiarlo de algo. Disimuló su nerviosismo tomando la guitarra entre sus manos y revisándola, solo tenía un rasguño que fácilmente podría reparar con  pintura.

Mary confundida vió hacia la dirección en que él se había quedado mirando, fallando en su búsqueda de la razón. Suspiró volviendo a mirarlo.

-¿estás bien?-

-¿podrías continuar con lo que decías?- dijo inmediatamente luego de oírla hablar, sacando nuevamente a flote su mal humor. Mary lo fulminó con su mirada y se agachó tomando los papeles que anteriormente tenía en sus manos.

-estás regresando a Inglaterra, a ayudar a tu hermano a hacer una exposición de fotografía, si te lo preguntas, si, tu hermano es fotógrafo- cambió la página que veía entre las que tenía engrapadas en su mano –el meollo del asunto aquí es que luchas con fantasmas del pasado, que se transmutan en una ‘chica’ que resulta ser una muñeca hecha por un pintor, quise inspirarme en la historia de Reberón, el titiritero, para lograr hacer posible que la muñeca tuviese “vida” y se enamorase de ti y tu de ella.-

Se acercó con lentitud a su escritorio, pensando bien en cómo explicaría lo siguiente, peinó su pollina hacia atrás despeinándola (hacía eso siempre que estaba pensando, era algo así como un tic nervioso) y volvió a mirarlo.

-cantarás The Kill ahí para hacerlo un musical- señaló a su derecha -¿ves esas escenografías desarmadas de ahí? Imitaré los pasillos del video original, los que serán el escenario de la historia que se me ocurrió, y de este lado.- señaló a una esquina más cercana –ahí estará el escenario principal, además de tú y los de la banda. Si lo vemos de otro modo, serás Jared aquí-

-¿grabarás el video de manera individual o lo  harás todo corrido con las escenas del parlamento?- preguntó Jonathan que ya había controlado un poco su humor, Mary negó con su cabeza.

-Pretendo hacer el video primero, porque el escenario para las otras escenas están a dos cuadras, necesito pedir el permiso para usar las instalaciones y una esquina en particular, para poder adelantar mientras hago los trámites, pretendo usar el mismo salón.-

-¿Quién será la muñeca?- preguntó Josh con curiosidad, levantando las partituras

-amm, ese es el otro detalle, creo que acabaré apareciendo frente a cámaras también, Nani es la única disponible que tengo con personaje y Diana está en ensayos de dos cosas más, no está seguro que estará, pero por si a las dudas, ensayaremos pensando en que ella estará.- Jonathan al oír tal cosa alzó una ceja virando a ver a Mary -¿qué?- dijo esta

-¿tu actuarás?- dijo casi en burla

-¡Puedo y debo hacerlo si es preciso!-

-¡Creí que lo había visto todo!, pero la tía Gladys tenía razón, aun soy un joven alma en este mundo de locos- dijo acabando de organizar su guitarra en su forro y la carpeta de partituras sobre la mesa

-Estúpido extraterrestre, ¿por qué mejor no lo pruebas, eh?- le extendió el history board y se detuvo ahí. Jonathan siguiéndole el tentador juego lo tomó entre sus manos. –Escena 6- dijo esta sonriendo con malicia. Cual hechicera enfurecida.

-What If I wanted to fight…- masculló Josh acorde a la rítmica de la canción, y se acercó a Mary tal y como le indicaba el pequeño bosquejo que su prima le había extendido. La escena era precisa: él se acercaría diciendo esas líneas, finalizando con la siguiente y pondría su cabeza al ras con la de ella, casi depositando un desesperado beso en sus labios.

Juego, había caído en el juego de Mary.

-Beg for the rest of my life…- se acercó a ella y he ahí el problema, se acercó al terreno que había tenido prohibido de alguna u otra manera desde siempre en su subconsciente. Y se quedó paralizado, con su cara rígida, y sus ojos clavados en los juguetones y casi sonrientes ojos de Mary, que para lo “tímida” y reservada que podía llegar a ser, manejaba todo de las mil maravillas, permitiendo que casi el rosara sus labios y con sus ojos abiertos sobre los de él.

Se alejó completamente confundido. Las risas de Mary lo sacaron de sus pensamientos.

-No muerdo- el viró a verla -¿ahora me temes o qué?, no me digas que el gran chico que puede con todas las chicas ya no puede conmigo, ¿Qué tengo que te desagrada o no te deja avanzar?- Mary parecía no poder contener la clase de juego macabro que continuaba sin tregua pensada, parecía disfrutar la repentina y poco típica cara de confusión de su primo -¿te rindes o continuo esperando tu respuesta?-

Si hubo respuesta, un rápido movimiento que dejó escapar un sonido proveniente de un golpe sobre la pared, Jonathan casi empujó a Mary contra la pared que tenían detrás, y dejó reposando su mano derecha contra la misma, encarcelándola de inmediato. Esta viró a ver a su izquierda viendo el brazo de él reposando sobre la pared, en cuanto alzó su mirada, los labios de Jonathan casi la atrapan, el quiso seguirle la corriente en su juego, rosando sus labios tentativamente y con descaro sobre los de ella.

-¿es suficiente respuesta?- susurró él

-esto no sale en el history board- respondió ella con una tranquilidad que enserio molestó al guitarrista.

Se separó y tomo sus cosas.

-tienes razón, esto no sale en el history board- finalizó cruzando el salón.


*


-¿Tres?... ¿no crees que exageras?- objetó Phil que estaba frente al escenario del auditórium principal del instituto, a su lado estaba una entusiasmada Nani que tenía una lista en sus manos que tachaba y reorganizaba a cada segundo

-uno es un número aburrido y dos es un número normal- soltó la chica, Phil iba a comenzar a hablar cuando le interrumpió con un –y cuatro es estúpido-

-Pamplinas- soltó de forma graciosa el peli cobre

-¿y qué te parece un par de vampiros?- dijo Nani que casi saltó hacia adelante tomando un sombrero de bruja y poniéndoselo en la cabeza. Había muchos disfraces dispersos en un mesón entre las sillas del auditórium, la chica pensaba en un espectáculo por todo lo alto.

-tendrías que recordarme qué clase de evento es- dijo casi rendido su acompañante

-tienes el cerebro del tamaño de una pasa- Nani dio un salto sentándose en el mesón –dos veces al año el director hace un espectáculo para demostrar los avances de sus alumnos…- Phil la interrumpió

-Ya, ya… es el cierre de los primeros dos trimestres-

-¡Kya! Me pregunto si lo olvidarás de nuevo-

-¿pedirás ayuda al amargado y a los demás?- dijo Philip interesado en la respuesta, Nani asintió dejando su lista de lado

-necesito todo el apoyo posible, incluso el tuyo-

-el mío lo tendrás siempre, tonta- miró su reloj y notó que tenía solo 5 minutos para su siguiente clase, se despidió y salió al pasillo, ya casi a algunos metros de su salón, divisó a Jonathan algo molesto entrando al salón de clases, recordó el plan que tenía con Nani, la misión llamada ‘hacer al ogro darse cuenta de sus sentimientos hacia la hechicera’.

El profesor que les tocaba era el de historia del arte, llamado Adam, era un tipo de edad temprana y un físico agradable, bastante elegante y directo a la hora de dar clases. Comenzarían con el arte en el renacimiento esa semana.

-Tiziano, Da Vinci, Rafael, Michelángelo, y Boticelli son los nombres que mayormente encuentras a la hora de buscar arte renacentista, porque son los percusores y emisores quizás más excepcionales de su época. Algunos inventores, otros simplemente pintores, son sin duda un grupo de artistas completos y de élite…-
Josh garabateaba en su libreta mientras tenía una mano como soporte a su cabeza caída hacia la izquierda, ponía atención casi desmayándose. Philip lo observaba desde atrás, sin tomar apuntes de la clase que veían, que por cierto llevaba información circunstancial para los exámenes parciales.

-Psss psss…- comenzó  a llamarlo -¿por qué la cara larga?-

-Es claramente imposible tener un rostro largo, el rostro siempre va de acuerdo a las proporciones de los demás miembros de tu cuerpo, ¿no te parece estúpido hacer una sugerencia como esa?- respondió Josh

-¿es esa una manera de cambiar la conversación?- retó Phil

-Nah, es esa la manera en la que digo, cierra la boca porque estamos en clases-

-Otra vez el mal humor, ¿Por qué no mejor nos vamos esta tarde con Stefanía y sus amigas a…- el chico lo interrumpió

-Para nada, tengo cosas que hacer y ya estas tipas me aburrieron.-

-¿qué dices?- Phil estaba al límite -¡¡¿Qué dices?!!- gritó histérico levantándose de su lugar, todos lo miraron fijamente

-digo que estamos en la época renacentista, señor Ibáñez- dijo con voz fuerte el profesor Adam al oír el escándalo -¿podría sufrir de esquizofrenia luego? Estamos en una parte importante, ¿le suenan los parciales de la semana que viene?-

-lo siento- Philip volvió a sentarse, se quedó en silencio por unos segundos e imitó la posición de Josh, solo que aburrido

-¿piensas buscar chicas nuevas?- continuó, como si no tuviese nada mejor que hacer (como por ejemplo, tomar apuntes y escuchar al profesor)

-El comer helados y cantar las canciones de los Teletubies te afecta amigo, ¿no puedes solo oír la clase?-

-la oiré si me respondes-

-no quiero chicas nuevas-

Philip alzó una ceja.

-El Renacimiento expresa un movimiento y una época donde se retorna al estudio e imitación de la literatura, arte y filosofía de la antigüedad clásica griega y romana. En pintura la renovación hacia lo clásico se realiza por medio del estudio del natural y de la aplicación de las leyes de la perspectiva, únicamente este arte recibe la influencia greco-romana a través de la arquitectura y la escultura. Los cimientos de la renovación son varios, el eje más atrayente es el Humanismo orientado hacia el papel central del hombre y sus actos. La anatomía del hombre fue objeto de un minucioso estudio por parte de científicos, que dibujaban ordenadamente sus descubrimientos, involucrándose con frecuencia el rol del científico con el del pintor.- continuaba el profesor, que hacía una especie de cuadro sinóptico en el pizarrón acrílico para hacer un poco más dinámico el hecho de tomar apuntes y estudiarlos luego.  

-¿Sabes lo que significa que te aburran las chicas ahora, no?- susurró Philip inclinándose hacia adelante para que Josh lo escuchase

Jonathan estaba a punto de asesinar. No respondió nada, solo cubrió su rostro con la mano que estaba apoyando su cabeza y rogó paciencia.

-¿lo sabes o no?-

-¡No me interesa, maldita sea!- exclamó arto. Volteándose a su amigo, mientras una vez más, todos los observaban completamente confundidos

-si no les interesa la clase, podrían irse desde ahora, no veo problema alguno- dijo el profesor

-no pienso hacerlo- dijo Jonathan sentándose derecho en su lugar, cruzando los brazos en actitud infantil

-Profe, entiéndalo, no sabe si es gay o está enamorado-

Jonathan se levantó de su puesto mientras sus compañeros no podían ocultar sus risas producidas por tal ocurrencia.

-Profesor, ¿Qué sucedería si lo asesino ahora mismo?-

-Quizás tendría una sanción por un mes- respondió el profesor arto

-Bien, no es tan mala idea-

-¡¿Va a dejarlo que me mate así sin más?!- gritó Philip -¡Es un abuso contra mi persona!-


3 minutos después

-deberías agradecerme, la clase era aburrida- soltó Philip que estaba en el pasillo recostado de la pared al lado de la puerta de su salón junto a su mejor amigo.

-¿recuerdas acaso de que se trataba?- cuestionó molesto Josh

-¡Por supuesto! ¡La inquisición y quema de brujas!- dijo Phil como un niño levantando su dedo índice

-¿brujas?... Philip, ¿debería preocuparme por tu salud mental?-

-Si mi familia no lo hace, ¿Por qué tú lo harías?-

Josh suspiró.

-¿ese suspiro tiene nombre y apellido?- estaba muy interesado Phil

-Sí, sí, ¿cómo adivinaste? De nombre tiene “cállate” y de apellido “o te mataré enserio”-

-que apellido tan interesante- alejándose de él –dejando los balbuceos de lado…-

Josh lo interrumpe momentáneamente diciendo –Balbuceos de tu parte, camarada-

-si, como sea, ¿no crees que es mejor que estés fuera de clases? Ambos sabemos que no estabas poniendo atención en lo absoluto a la edad renacentista en la historia del arte.-

-como siempre dando en el clavo- Josh lanzó el cuaderno que tenía en sus manos a la basura –nunca estudio para los parciales al fin y al cabo-

-Ya lo sé, señor notas perfectas aunque no estudie-

-es el privilegio de las mentes brillantes-

-o de los que pagan…-

Jonathan lo fulminó con la mirada

-¿podrías decir que es lo que te sucede ahora?- interrogó Philip, cuando Jonathan estaba tan fácil de hacer enfurecer era por una sola cosa: algo sucedía, y ese algo que sucedía era algo que no podía controlar. Raramente pasaban cosas así, por lo que el mal humor sorprendía con facilidad a quienes no lo conocían lo suficiente, o mejor dicho, a quienes no eran Philip, o en su defecto Mariángel.

-si lo supiese ya hubiese puesto una bomba en el hipocentro del problema…- dejó rodar su espalda en la pared hasta que se sentó en el suelo. Su amigo le siguió.

-… ¿sabes lo que significa que ya no te interesen las chicas que usabas para… ya sabes, verdad?-

-¿Cuál es el punto de tu insistencia en ese tema?- dijo Josh arto -¿te afecta? No. ¿Verdad que no?-

-el punto no es que me afecte o no, el punto es que estás mal, y lo más ridículo de todo es que te ahogas en un vaso de agua.-

-¿eh?-

-¿por qué no solo se lo dices y ya?- Phil bajó su cabeza mirándose las pulseras de macramé en sus brazos –pierdes tiempo innecesariamente- jugaba con las pequeñas tiras que sobraban del amarre de las mismas

-¿decirle a quien? ¿A Lizzie cuando me molesta? No creo que sea necesario-

-¿por qué terminaste con ella?- preguntó Phil viendo sus manos insistentemente

-Pues como te dije alguna vez, nuestra relación siempre fue algo arreglado, y la verdad es que ella no es… exactamente lo que… - miró a su amigo que veía insistentemente sus manos -¡¿Qué tanto te miras!?-

- ¿crees que tengo manos de cirujano?-

Josh alzó una ceja

-No… imagino más en tus manos un par de baquetas- respondió. Philip sonrió con melancolía. -¿a qué se debe eso?-

-esa es mi pregunta, ¿ya te cansaste de ser un paciente con un cuadro clínico de satiriasis?-
-Háblame en español…- soltó Josh antes de que sintiese que tenía alguien a su lado, era Mary, que recién llegaba y se agachaba cerca de ellos

-¿Qué hacen?- dijo

Jonathan se levantó velozmente.

-ehhh, no hacemos nada- sonrió Phil a Mary aun agachada, luego se levantaron a la par, mientras Josh se hacía a un lado sin poder siquiera fingir bien.

-Bien, si no hacen nada, ¿entonces nos acompañaran?- extrañada Mary señaló hacia el final del pasillo con su cabeza, se suponía que tenían planeado el ir a una pequeña sala de juegos que estaba del otro lado de la calle y que siempre frecuentaban esa tarde. No obstante Jonathan parecía no estar bien. -¿te sientes bien?- dijo ella al verle callado y con su mirada hacia la ventana.

-lo está- soltó Phil

-pero…- ella miró hacia la papelera y vió su cuaderno ahí, iba a emitir sonido pero Nani apareció tomándola del brazo. Gritaba histéricamente que debían irse rápido. Así que la chica solo miró hacia la dirección del cuaderno y no dijo nada, se dejó arrastrar por su pequeña amiga al oir de Philip que las alcanzarían después.

Ulises atravesó miles y miles de desgracias, desgraciado Odiseo a quien los Dioses no tenían piedad. 


¿Será que alguien vigila nuestros movimientos? Es gracioso el que muchos de nosotros se suma en obviar cosas obvias, señales, lazos, conexiones. Me adelanto hasta tal punto con la ansiedad a mil, se los aseguro, pero intentaré contar todo paso por paso sin prisa, ya que suele ser más difícil decir todo a medias, comencemos por el principio: Nani había recibido una mala noticia, estaba fuera del grupo de baile.


Estaba estática, sin poder creer lo que sucedía, solo se quedó ahí, congelada en tiempo y espacio sosteniendo el trocito de papel que le empujaba entre burlas a un precipicio. Mary, que vio como las envidiosas bailarinas de plastico se alejaban, sumamente preocupada, viró hacia su amiga. Quitó el papelito de sus manos al sentir su silencio.


-debe haber un error- dijo para intentarla alentar


-¿Qué sucede?- se acercó Philip


-¡Terminó el maldito cuento de hadas, eso sucede!- estalló Nani golpeando la mesa, levantándose luego, iba a irse, pero Philip la detuvo.


-Hey, hey, nena, ¿a dónde te vas?-


-¡Apártate!- gritó ella, forcejeando con él, que a pesar de ser excesivamente delgado, podía fácilmente inmovilizarla


-Piensa mejor las cosas- dijo Mary, arrugando el papel y llevándolo al bote de la basura, caminó unos centímetros más y cerró la puerta del salón.


-¿crees que me quiero suicidar por ello?, lo mínimo que haría es matarlas a ellas, pero tienen que existir para que otros no huelan a plástico-


Philip cruzó miradas con Mary, al parecer Nani no perdería el control, esta ya había cedido a los forcejeos y parecía acceder a hablar sobre el asunto. El mismo la soltó, y la chica se alejó un poco de ellos suspirando profundo.


-Tenía ideas, vestuario, sueños, lagrimas y sudor sobre esa pista- dijo esta viendo hacia la ventana, era… impactante, inquietante y sumamente desgarrador ver a la alegre y desquiciada Nani tan quieta, tal frágil, con sus ilusiones siendo pisoteadas a gusto por zapatos de Barbie.


-Podemos hacer algo, hablar con algún directivo…- comenzó a decir Philip


-Basta, eso no me hará sentir mejor Phil… tú y yo sabemos que eso no afectará en nada, ellas pueden hacer lo que quieran y cuando quieran, Stefanía es sobrina del director y yo soy solo una becada.-


-Te menosprecias-


-claro que no, el valor de las personas no se sume en una beca, es solo que ya sabemos como es en este tipo de medios, puedes ser del que puede manipular, o del que es manipulado, del que es caprichoso, o el que quiere superarlo… puedes ser el que ve todas las señales, o pueden existir aquellos que se ciegan solo por gusto,- esto último lo pronunció divisando a Mary, que escuchaba atentamente todo.


-volverás al grupo- dijo Mary con determinación, Nani sonrió


-O quizás forme uno por mi misma, de todos modos, quería independizarme.- esta luego de pronunciar esto, sonrió aun más, ocultando las lagrimas que querían bajar por sus mejillas. Philip ante aquella afirmación, sonrío aliviado y levantó del suelo a Nani, cargándola en su espalda como una reina.


-¡Vamos! Necesitarás a los demás Teletubbies para el baile, además necesitarás vampiros para las puestas en escena, y enanitos verdes para el presupuesto-


-Uhhh, ¡No estaría nada mal algún ogro!- soltó Nani


-Neces, el Josh anda de pésimo humor, para lo que nos serviría ahora es para comerse a Stefanía y a toda su cuadrilla-


-¡Bien! entonces vamos por los Teletubbies- dijo Nani señalando hacia la puerta cerrada, como hacia un horizonte que pronto le traería nuevos amaneceres, nuevas aventuras, nuevas oportunidades. Mary, al ver que ambos payasos no podían abrir la puerta, les abrió y los vió correr y gritar por el pasillo. Nani le quitó el parlante que usaba una de las estudiantes de publicidad que hacía una campaña no se dé que y comenzó un escándalo total y graciosísimo.


Mary por su parte volvió a entrar al salón, y guardó las cosas de Nani en su escritorio, además de sus libretas, abrió la roja, en donde normalmente escribía sus cosas y anotó “Amon-Ra (personificación del Sol en el Antiguo Egipto) regala Rayos de Sol a cada uno de sus súbditos, los seres humanos, y estos pueden regir ese poder cuando quieran, normalmente existe, para derrumbar el Muro de los Lamentos de su propia existencia”, luego de ello, cerró la libreta y miró hacia la puerta, iría a resolver el problema de Nani.


Esta estaba usando los rayos de sol para derrumbar el muro, pero, seguía habiendo una injusticia, y Mary quería saber la razón de tal cosa. Le dijo al chico que seguía para usar el salón de grabaciones que dejaría sus cosas en el salón, pero que volvería más tarde, este no tuvo problema en ello. Ella por su parte, apresuró su andar, buscando a Stefanía.




*




Como nuevo, dice ese cliché de las personas al “deshacerse” de algo en sí mismos, y eso era de lo que Jonathan se trataba de auto convencer en aquellos instantes. Subía las escaleras con su guitarra en la espalda, la tomó e intentó tocar algunas notas, eso lo ayudó a sacar un poco ese mal genio que llevaba a cuestas. Ya en el tercer piso, camino hacia su casillero, en ese mismo instante escuchó una voz bastante conocida.


-Necesito un bailarín mas, ¿podrías ayudarme?- escuchó claro de su amigo Philip. No volteó siquiera a mirar, organizando lo que dejaría en el casillero, y lo que llevaría al salón de grabaciones.


-¿Por qué no le pides ayuda a la Chibi?- inquirió Josh, refiriéndose a Nani, “chibi” quiere decir pequeño y/o enano en japonés, es un término usado en imágenes anime, o mangas, como los que el mismo Josh acostumbraba a hacer.


Lo siguiente fue bastante gracioso para quien no lo sentía. Un zapato con plataforma de plástico duro, de color morado chocó directamente contra su mejilla, este ante tal golpe volteó, divisando el pié de Nani bien alineado, chocando contra la cabeza de Josh su zapato. Esta estaba siendo cargada por la espalda de Philip, que no podía contener su risa.


-¿a quién coño llamas Chibi?- chilló Nani


-A la bestia que choca su enorme plataforma contra mi cabeza- dijo este alejándose de ella, y sobándose el golpe


-Ogro- dijo esta cual niña sacando su lengua


-¿eh?-


-Ignora eso,- dijo Phil -¿no conoces a nadie, entonces?-


-La verdad es que no, ¿Qué buscan?- cuestionó Josh, cerrando casillero


-Nada importante, gracias, ¿a dónde vas ahora?- dijo Phil, dejando a Nani en el suelo. Esta se restableció en el mismo rápidamente.


-Se suponía que tendría práctica en dibujo, pero la cancelaron, así que decidí buscar a Ángel por lo de su video, ¿saben que hará esta tarde? Creo que me dijo para ensayar-


-Uh, ¿ensayar? No lo creo…- dijo Nani con un aire de misterio, Phil y Josh la miraron atentos, chismosos de lo que podían descubrir


-¿algún pretendiente?- rió con sumo sarcasmo Phil


-La verdad es que si, Joshep le ha dicho que quiere hablar con ella esta tarde- dijo Nani, haciendo gestos con sus manos, exagerando los hechos que contaba al par de jóvenes chismosos.


-Uh, ¡Qué lindo! ¡El amor! ¡El amor!- dijo Philip abrazando de manera claramente ‘marica’ a Jonathan, acentuando su estado de maravilla rosa, ante lo que había escuchado


-¿Ya te han dicho que cada que pasan los segundos, te ves más homosexual?- dijo Josh, Phil lo soltó al instante asqueado por tal afirmación


-¿Y a ti ya te han dicho que cada que pasan los segundos se te notan más los celos?- inquirió Nani viendo directamente a Josh.


-¿¡A qué demonios te refieres, tapón de alberca!?- gritó Jonathan, histérico


-¿Yo? No repetiré, ni que juera tu criada, ¡Já!-


-Si no los conociese, diría que se odian- dijo con fastidio Phil, con su típica y cómica cara de póker.


-Sí, si, como sea, subnormales, fue un gusto para ustedes, compartir estos segundos conmigo- dijo Josh, que dando media vuelta, se dirigió con velocidad al final del pasillo, yéndose como un rayo fugaz.


-¿Sabes? Si lo conociera como lo conozco diría que esta corriendo por buscar a Mary- dijo Phil.


-Lo conoces como lo conoces, mi amigo-


Ambos chicos cruzaron vistas, y asintieron levemente, algo le sucedía al Josh. Y ellos parecían saber exactamente que era.




*




Pasó al lugar de las grabaciones notando un grupo de chicos que parecían terminar los arreglos con algunas escenas. La luz era tenue, y varios faros y lámparas iban solo directo a una especie de escenografía que no miró detenidamente porque estaba bastante ‘apurado’. Miró el escritorio de Mary en el que yacían sus cosas y al parecer las de Nani y Phil y dejó ahí su guitarra.


-Bien, no tiene por qué importarme donde anda esa estúpida enana malcriada- se susurró a si mismo, y dio media vuelta, encontrándose con el siguiente chico en usar dicho salón, su nombre era Junior, era el… ‘tarado’ de la clase. Jonathan casi no lo soportaba.


-¿Qué haces?- dijo, era un tipo al parecer extranjero, su español era por demás forzado, creo que había dicho alguna vez que era sucesor de algunos irlandeses, quizás era un enano verde, un duende más pero sin olla de oro.


-¿Qué te parece que hago?- respondió Josh fastidiado, la verdad estaba preocupado de que lo hubiese oído hablar de la malcriada, andaba muy nervioso, y no sabía la razón.


-¿Buscas a Mary?- preguntó el chico


-¡Maldición! ¡¿Por qué demonios todos hablan de esa tipa?! ¡¿Qué tengo un cartel con su nombre en la frente o qué?! ¡Que se vaya con Joshep no quiere decir que me importe! Es mi prima… ¡Prima!- gritó histérico


Pasados tres segundos, el mismo se dio cuenta de lo que dijo. Y bajó su cabeza, posando su mano derecha sobre su boca, como deseando dejar de parlotear tantas tonterías.


-¿Joshep?- cuestionó Junior –La verdad quería decirte que estaba algo preocupado, ella se fue algo extraña, diciendo que ‘tenía algo que hacer’, pero me enteré de que Nani estaba fuera de su grupo porque la habían botado y…-


Jonathan apartó la mano de su boca y miró a Junior


-Espera, ¿podrías explicarte mejor?-


-A lo que quiero llegar es que, Stefanía misma botó a Nani, se encargó de difundir el chisme, y ya sabes como es Mary, intentará resolver el problema, y la verdad el problema no es que Nani no tenga grupo, o que ella quiera hablar, es la cobardía de Stefanía…-


-Cobardía…- susurró Josh, y como un rayo fugaz por segunda vez, desapareció del salón.




*




Mary parecía una pequeña niña de secundaria buscando a los bravucones de su escuela, pues Stefanía y sus amigas tenían escolta. Estaban en el patio principal, bajo un arbol, cruzadas de brazos, formando una frontera con su escolta particular entre ellas y la chica.


-¿entonces? ¿tienes alguna queja de Nani? Bien sabes que te aprovechas de su trabajo, sin ella, se irán a la nada poco a poco- dijo Mary, pedante


-¡No es nada que te involucre!, chica pobre-


-¿eso para ti es un insulto?- rió Mary completamente desconcertada, suspiró sin creer lo que hacía, ni la situación armada por la tal Stefanía –Bien, pero por lo menos debes tener una razón, insisto-


-¿razones?- dijo Stefanía caminando hasta estar frente a Mary –la verdad ahora es lo que menos importa, la quería fuera y ya lo está, creo, que la que debería estar en busca de mi perdón debería ser ella, no tu-


-no ando buscando el perdón de nadie, solo que se haga justicia, te crees una diosa solo por ser sobrina del director, dime… ¿qué se siente el estar fuera del instituto?, por que la verdad, ¡No creo que la gente fuera de esta edificación haga lo que tu quieras!-


-¡Todos hacen lo que yo quiero y cuando quiero!, digamos que los que no lo hacen, reciben un castigo, lo merecen- sonrió maliciosamente la chica


-¿Qué rayos hizo Nani para merecer esto?, es de temperamento fuerte, pero no creo que…-
Stefanía la interrumpió


-La verdad no es por ella directamente, solo es una pieza para vengarme de alguien linda, ¡Punto final!, puedes irte, gracias- se volteó, pero Mary la tomó del brazo


-¡Habla claro! Si de verdad no quieres que pierda la paciencia habla claro, deja tu estupido misterio de lado y dime que es lo que quieres- masculló agresivamente Mary, tomando con desdén y furia el brazo de plástico de esa Barbie, que de inmediato mostró un rostro de horror. Sin embargo, a raíz de su cobardía, hizo efecto su capricho, el sujeto corpulento y de mayor tamaño que la seguía tiró del cabello de Mary, con suma fuerza, haciéndola soltar el brazo de la chica, y casi caer al suelo.


-No toques a la señorita Stefanía- dijo acercándose bruscamente a su rostro luego de soltarla, tratándola de amedrentar


-¿y que harás tu? ¿Eh? Grandote, ¿me golpearás?- soltó Mary


-silenciarte no estaría nada mal, insecto- dijo arrastrando más su ultima palabra.


Mary pensaba en que responder, la verdad desafiaba de manera descarada la ‘hombría’ de aquel sujeto, que al parecer no tendría escrúpulos, la golpearía. ¿Qué haría? Ya estaba hasta el cuello en aquella situación, pero no se arrepentía, todo era por Nani.


-Y lo más gracioso de todo es que de esa manera buscas conquistar chicas, ¿crees que lo lograrás así?- aquella voz, fue, entre una tormenta, un bote salvavidas. Mary la verdad no sabría definir el inmenso alivio que sintió al oír la voz de Josh, bastante cerca de si. El mismo rozaba su mejilla con la de Mary, su pecho contra su espalda, estaba detrás de ella con su respiración sobre su hombro, viendo directamente al perplejo sujeto que se sorprendía ante la repentina aparición de Jonathan.
Se separó de Mary el sujeto, guardando una distancia por más exagerada, un tanto rígido.


-Pediría, por favor, que no te atrevieras a tocarla- Josh paseó su brazo por al cintura de Mary y la hizo para atrás, luego viró a verla –y a ti, te pediría el favor, de cerrar la boca y no moverte de aquí.- dicho esto, se acercó a Stefanía, llevándosela un poco más lejos para cruzar palabras con ella.






Pasaron alrededor de 15 minutos, Mary no entendía la verdad nada, solo sabía que su primo de pronto dio media vuelta, y que Stefanía muy molesta se fue en dirección contraria seguida de sus amigas y su ‘escolta’.


Josh rápidamente estuvo ante la mirada perpleja de su prima.


-Ya no hay problema, dice Stefanía que perdones los malos entendidos, Nani puede volver a sus actividades mañana mismo-


-¿Cómo es que llegaste hasta aquí?- dijo Mary sin entender muy bien la situación


-Iba por el pasillo, te vi ahí, quise ver que sucedía…- Dijo Josh comenzando a caminar hacia la entrada del instituto


-Bien, supongo que gracias…- susurró Mary


-Nada de gracias- dijo Josh y se detuvo dándole la espalda a Mary


-¿eh?-


-Tienes que pagarme este favor- volteó a mirarla


-¿Qué quieres que haga? ¿Tu tarea?- dijo sarcásticamente Mary


-la verdad es que no es mala idea, pero tengo algo mejor que pedirte, al fin y al cabo te conviene bastante-


-¿a que te refieres?-


-Me obligaste a sacar The Kill en la guitarra, ¿no? Ahora ayúdame a acoplar la voz- dijo Josh, Mary asintió algo aliviada, pensó que sería algo más difícil.


-¡Pensé que hablabas de algo ilegal!- soltó Mary –está bien, luego acordamos… ahora tengo que ir a…- él la interrumpió


-No, quiero que sea ahora mismo, ensayaremos ahora mismo-


-Pero..-


-Yo dejé mis labores por ayudarte, ¿obviarás eso por que si? Además, tu video depende de ello, ¿o no?-
Mary mordió su labio inferior siguiendo al malhumorado Jonathan… Joshep tendría que esperar, pagaría su favor.


Aquí viajamos unos seis años al pasado


Iremos luego de que vaya por algunas cosas… aun faltan la guitarra y los dulces…


Okay, te esperaré aquí.


Bajó las escaleras dando graciosos saltitos en cada escalón, repasaba mentalmente las partituras de las canciones que tocaría junto a Mary en aquella fiesta de Hallowen a la que asistirían en pocos minutos, la habían planeado con algunos amigos desde hacía ya un tiempo. Nani tenía preparada una coreografía, Josh y Mary cantarían una canción y los demás tenían más sorpresas, desde que él y su madre se habían mudado con Gladys y Mary todo había sido un tanto más liviano, podía hacer lo que quisiese (hablando sanamente) y al parecer ya no había de que preocuparse.


Susurros;


-¿desesperada?-


-exacto… Gladys, ha desactivado todas mis tarjetas de crédito, irme hacia donde está ahora me llevaría mucho tiempo, además, corro con el riesgo de gastar el poco efectivo que me queda… quedarme sin algún centavo, y no verle para reclamarle-


-estamos para lo que desees, ¡somos una familia! El dinero es lo de menos,mamuchi, haremos lo que sea-


Se detuvo estático detrás de la pared de la cocina que daba hacia las escaleras de esa pequeña casa, su mundo se había desmoronado. Si, creyó por unos momentos que todo estaba perfecto, pero no era así, su madre sollozaba en brazos de su tía, se sintió el mayor egoísta de todos, y decidió cargar a cuestas un ‘pecado’ que supuestamente había cometido. Para nadie era un secreto el que se encontraban ahí en esa casa después de el enorme problema que se armó en su casa luego de encontrarlo tocando la guitarra su padre… la guitarra… todo por culpa de ese instrumento.


-¡Hey! ¡Ayúdame!- escuchó detrás de sí un alarido, y segundos después algo chocó contra su espalda. Cuando viró a ver encontró el forro de su guitarra con la suya al parecer ya dentro –ya esta todo listo- inquirió Mary -¿por qué esa cara?-


Ella que no era para nada tonta se había dado cuenta del bajo extremo de ánimo que se fue sobre los hombros de Josh, que estaba ahí, cual alma en pena, pálido y estático, rehusándose a ir.


-N-no sucede nada- respondió


-¡Claro que si sucede algo! ¿Vuelves a oír conversaciones ajenas?- preguntó al ver que estaba escondido detrás de la puerta de la cocina, esa era una mala costumbre de su amigo de infancia. Entró a la cocina preguntando que sucedía con su tía:


-una migraña horrible, Mary- respondiéndole esta, se tomó la cabeza con una mano luego de suspirar para evitar algún quiebre explicito de voz -¿se van ya a su fiesta?- finalizó


-¡Sip!- dijo Mary –Erika, ahí hay pastillas de las que tomo cuando me duele demasiado la cabeza, ya sabes, siempre me pasa, puedes usar alguna-


Erika asintió aun ocultando su rostro, y la chica casi sin tragarse el cuento, pero fingiendo bien, le dijo a su primo que se fuesen. Salieron de casa en silencio, caminaron hasta llegar frente a un árbol de cerezos que estaba cerca de su casa. Ahí fue el punto en que se rindió Jonathan, ya no quería fingir más, solo ceder ante el suelo y quedarse ahí, quieto, para siempre, convertirse en piedra quizás, podría esa ser una perfecta salida de todo ese Apocalipsis que sentía acercarse poco a poco.


-Bien, ¿ya me dirás que te sucede?- dijo Mary que se volteó mirándole directamente, decidida a tomar cartas en el asunto. Sabía que el tenía algo y le preocupaba bastante.


-Nada- masculló él


-¡JA!- dijo ella sarcásticamente -¿no me dirás que tienes?-


-Dije que nada- volvió a decir con una tranquilidad propia de un cadáver, ella por su parte tenía una preocupación rampante, que aumentaba a ver lo raro que se encontraba.


-A pesar de que siempre me obligas a decirte que tengo, ¿no me dirás nada?- ella era alguien sumamente fiel, cual cachorrito, que creía ciegamente en que si das confianza, eso recibirás, y encontrarse en aquella situación la preocupaba… muy por encima de todo eso la hería en siento modo.


-No comiences con tus babosadas-


El se había fastidiado ya de ella.


Eso no la intimidaría.


-¿confías en mí?-


La verdad era que aquel singular árbol de cerezos parecía tener un magnetismo para con quienes tenían una pena a cuestas, y que estaban ciegos ante circunstancias de sus vidas, era como un ciclo que te atrapaba, quizás por su tranquilidad, a pesar de estar en media calle, cerca de él siempre había paz y silencio. Ese arbolito era un psicólogo mudo que se quedaría ahí casi por siempre, sus florecillas danzaban por doquier, como contando los segundos en que Mary esperaba atenta la respuesta de su primo.


Ante el silencio, sintió un nudo en la garganta, pero no importaba, era ahí donde irradiaba la fuerza de su grandeza, a pesar de su miedo a ser rechazada lo intentaría otra vez, pues no era por su bien, era por el de él. Y apretando sus manos insistió


-¿Y bien?-


-¡Claro que lo hago!-


Ante aquella respuesta solo quedaba una cosa por hacer, recurriría a sus misteriosos poderes que solo usaba en situaciones extremas. Cualquiera que no la conociese, (como la mayoría de sus conocidos) diría que es un acto infantil, otros una suma estupidez, pero no tienen idea del valor que para ella tiene, y que para muchos también. Solo necesitaba dejar lo que tenía en sus manos en el suelo, y se acercaría a él, pensando en su encantamiento.


Se detuvo frente a él, este tenía su cabeza desviada hacia el tronco del árbol, con su mirada perdida ahí, a pesar de la cercanía de su prima, y tomó su rostro con ambas manos, haciéndolo bajar su vista hacia ella, que tenía muchos centímetros menos que él.


-Cierra los ojos-


-¡¿Qué?!- exclamó él


-Entiendo que no quieras decirme nada- soltó su rostro –entiendo también que hayan cosas que prefieres mantener en secreto, todos merecemos privacidad, y bien, yo solo te quiero ayudar. Te daré un trato especial, a cambio de dejarte en paz, solo tienes que cerrar los ojos…


-¿para qué?-


-en eso me demostrarás cuanto confías en mi, solo ciérralos, transmutaré tus penas-


-¿cómo?-


-un mago no dice sus conjuros, solo ciérralos, no te comeré- rió Mary, y Josh, perdido y contundido como se encontraba, cerró sus ojos dudoso, con el ceño claramente fruncido, a la expectativa de la alquimia que al parecer su prima haría. Esta, bajo su mirada hacia su pecho, recordando que ahí tras su caja toráxica estaba escondido su corazón. ¿Por cuantas cosas había pasado? A pesar de que este al parecer siempre estuviese inexpresivo algo ocultaba, y aunque quizás jamás se enteraría de la naturaleza de sus penas solo podría hacer una cosa por él. Así que pensando en expulsar demonios, pensamientos y magia negra, cerró sus ojos y posó un suave beso sagrado en su pecho, sobre su cansado corazón, que repiqueteó extrañamente, entre descargas eléctricas, eliminando neutrones, fusionando protones y electrones vivamente, deshaciéndose rápidamente de la magia mal intencionada que había entrado en el corazón de Jonathan.


Y quizás el error que él cometió esa vez se basa en haber abierto los ojos antes de tiempo, perplejo, al sentir lo que sucedía, bajó su mirada, encontrándose con semejante espectáculo, Mary ahí, rozando sus labios contra su piel cubierta por la tela negra de su ropa. Esta se separó, levando su mirada al percatarse de aquello. Se quedó sin saber porque así, con sus labios juntos, mirándole fijamente, hasta que soltó un extraño respingo y se llevó su mano derecha a su boca.


Josh, mudo, solo la miró con duda en sus ojos, al verla doblarse sobre su abdomen como si enserio hubiese aspirado algún veneno, y cual truco de película fantástica, ella apartó su mano de sus labios, dejando caer caramelos ácidos negros, cientos de ellos al suelo.


-¡Wow, mira! Con razón tenías esa cara. ¡Mira todo el humo negro que tenías en el pecho!- exclamó ella, observando los caramelos que habían salido de sus labios


-P-pero…- tartamudeó Jonathan perplejo por tal escena -¡Son los caramelos que traías en la bolsa!-


-¡Claro que no! Son tus malos sentimientos, los he transmutado fuera de ti, ¡Mira! ¡Créelo!, si no, no servirá de nada a pesar de haberlos sacado.-


-Pero, Ángel…-


-¡Cállate!- lo interrumpió -¡Vamos a la fiesta! ¡Ya están fuera de ti! Ahora tocarás la guitarra y te convertirás en el sucesor de Slash.-


Y tomando sus manos, y las cosas, lo arrastro junto a ella, empujándolo a seguir adelante, y sin darse cuenta, lanzándole un hechizo a su corazón.

Y regresamos al presente


Bien, hay solo dos cuestiones, dos preguntas de índole extrema, la primera era, ¿Cómo era que se encontraba casi en el suelo? Estaba en el borde de su cama casi cayendo al suelo, la segunda era la más importante y quizás más traumatizante, quizás también seria la responsable de futuras confusiones, la base de esta historia por casualidad. Y eso es: ¿por qué estaba soñando con Mary?, y añadiendo un tercer punto importante ¿por qué recordaba aquel día?, se suponía que todo había quedado en el pasado, que ella había hecho un perfecto encantamiento.


La gran maga Isis, así le decían a esa diosa en el antiguo Egipto, siempre le había recordado a Mary, que por cierto de seguro ya habría para esos minutos, encontrado la cámara que había reparado, quería ayudar a la malcriada niña de alguna manera. Se levantó, vistiéndose, lavándose los dientes y bajando a desayunar. Solo tomo un par de galletas de soda y un poco de jugo de naranja.


-Me extrañó el que no te fueses con Mary- inquirió Gladys que se encontraba organizando los libros de filosofía y poesía que hacía poco había adquirido


-No tengo clases en la mañana hoy, quería irme con ella pero no se por qué dormí demasiado- suspiró Jonathan que se preparaba para irse. Se despidió colocándose los auricurales, se iría escuchando música, debía mejorar su humor, porque se sentía bastante molesto. Y se le notaba en sencillamente la manera de caminar, que un poco más y sería la rígida marcha de algún nazi.


Llega entonces a la academia, y se quita los amiguitos de sus oídos, vio acercarse a una chica que recordó, debió llamar la noche anterior. Stefanía. Maldijo muy por debajo de su fría expresión, y se detuvo con la mirada perdida, sabía que ella lo había visto ya y se acercaría.


-¿Qué sucedió ayer? Dijiste que me llamarías- dijo enrollándose el cabello en rulos artificiales de color castaño rojizo, con aquel aire que la envolvía de chicasexyyosoymejorquetuyloschicossemuerenpormi.


-se me olvidó- respondió este de manera engreída y cínica. Mostrándose fastidiado de su presencia


-¡Me dejaste esperando!, eso no se justifica-


-No lo estoy haciendo, se me olvidó, ¿ya?- soltó fastidiado enserio, con un humor por mas horrible


-¡Amaneciste mal humorado!, ¿hay algo que yo podría hacer?- dijo esta con voz azucarada y de gata callejera, acercándose a él, mientras enrollaba sus manos tras su cuello, pegando sus proporciones a él. Este bajo su cabeza rozando su mejilla con la de ella, llena de rubor artificial y bastante maquillaje. Estaba aburrido y mal humorado, quizás ella serviría para descargarse. Aquellos pensamientos se esfumaron cuando miró hacia un lado, más allá de donde se encontraban, cerca de las escaleras. Mary bajaba las escaleras junto a Nani, y al final le esperaba Joseph, esta al parecer le saludó, sonriendo bastante.


Jonathan se separó de Stefanía, que si no hubiese deshecho su enredo de manos tras su cuello, hubiese caído al suelo.


-¿Qué te pasa?- exclamó molesta la chica


-Déjame en paz Stefanía- dijo Jonathan sin apartar sus ojos de la escena anteriormente descrita


-p-pero…-


-Ya deja de ofrecerte de tal manera, el que te aflojes tan fácil no lo hace atractivo, cariño- soltó con su cinismo a mil Jonathan volteando a verla. –adiós, linda- sonrió cual demonio y se alejó groseramente de ella.


-¡A mi nadie me habla así, Jonathan Rivas!- gritó de manera histérica la chica. Jonathan se detuvo al escuchar eso, pensando en ni siquiera voltear, pero su atención se fue de nuevo hacia Mary y Joshep, que este se había acercado a ella diciéndole algo al oído, luego, había depositado un beso en su mejilla. -¡Jonathaaaaaaaaaaaaaaaan!- insistió esta, gritando sin importarle las personas que la veían en aquella situación.


-Vale Stefanía, lo siento, ¿te hice gastar muchos condones?, perfecto- sacó dinero de su billetera y se lo lanzó groseramente –con eso comprarás más, listo, adiós-


Stefanía miró como caían suspendidos en el aire los billetes, perpleja, con sus ojos más abiertos de lo normal. Desvió su mirada burlada, ya justo cuando Jonathan había desaparecido, tratando de entender que era lo que el veía con tanta insistencia, y al comprender y discernir quizás algo, pensando en una perfecta venganza. Pasó sobre los billetes, pisándolos enojada.




*


Mas tarde, Nani y Mary se encontraban charlando en el salón de ensayos, Philip, un personaje que no había aparecido hasta ahora estaba ahí con ellas, era un chico bastante peculiar y alocado, bastante amigo de Nani y el “mejor amigo” de Josh. Este dijo que prefería quedarse con las chicas que con el mismo ese día debido a su pésimo humor.


-Juro que parece un volcán a punto de hacer erupción-


-¿Seguro que no sabes nada, Mary?- insistió Nani


-¡Por supuesto que no!, no hablo con él desde ayer en la tarde, suele ponerse así de vez en cuando de todos modos- dijo Mary entretenida en sus papeles


-pero hoy exagera, no me dejó comerme mi helado en paz- casi lloró Philip


-Ah, ¿si? ¿Qué demonios te hizo?-


-dijo algo así como de que no estaba bien cantar la canción de los Teletubbies mientras comía el helado-


Mary y Nani lo vieron con una cara en que claramente le demostraban su desaprobación ante aquella ocurrencia.


-¡Claro que está mal!- dijeron a coro


-¿enserio?- se desanimó el chico


-¡Por supuesto! Los Teletubbies no comían helado, comían tubbipapillas, enfermo- dijo Nani visiblemente ofendida, Mary la miró con una ceja alzada


-la enferma aquí es otra- dijo Mary, que desplomó en carcajadas


-¡No le veo la gracia!- soltó Philip


-Oigan- viraron a ver a una recién llegada, una chica engreída que comía chicle exageradamente, era rubia, de esas plásticas que por desgracia estaban en la clase de baile y expresión corporal. Le dejó a Nani un papelito y salió del salón, quedándose en la puerta con una chica de cabello castaño rojizo, si la memoria de Mary no fallaba, esta se llamaba Stefanía, a quien no conocía era a la otra. Nani sin entender muy bien abrió el papel, que decía un simple: “Estás fuera del grupo de baile, gracias :D”. Esta se quedó estática, y al alzar su mirada, las dos chicas de la puerta hicieron un ademán con sus manos, como despidiéndose, y se fueron. Riendo a carcajadas.


Bien, una bruja malvada había ahora apagado una constelación.




¿Qué color debía usar? Optó por un color azul oscuro, así que su blusa manga larga, y su falda eran del mismo color, claro que el tono oscuro de la falda era más intento que el de la blusa, recogió su cabello el broche como de costumbre y luego de maquillarse un poco bajó las escaleras colocándose un par de sarcillos de aros plateados, ya casi lista.

Abajo había alguien con pijama.

-Joder, cada vez te traes más tu ropa para acá, ¿no?- dijo Mary acabándose de colocar los sarcillos frente  a un espejo que estaba cerca de la entrada de la cocina

-Pa’ que veas que me gusta esta casa- sonrió Jonathan acabando de dejar varias cosas sobre la mesa, alzó una ceja cuando volteó a ver a su prima, que acababa su laboriosa acción.

-Shit, no puedo colocármelo- se quejó divisando el par de aros plateados que pretendía colocarse, Josh se acercó

-Jamás podrás ponértelos si tienes esto mal alineado- regañó reparando la pieza plateada -¿a dónde vas?

-¿Yo? Por ahí…- dijo ella acercándose a él, divisando la labor que él llevaba con sus manos y los sarcillos -¿ya? ¿O tendré que ponerme otros?-

-Espérate, llegas tarde a todos lados, que ahora suceda lo mismo no afectará en lo absoluto-

-¡Quiero llegar temprano!-

-¡Espérate, niña!-

Espero un par de segundos.

-¡tardas mucho!-

-¿Por qué la prisa?-

Ella suspiró resignada, en ese instante llegó Gladys con un par de bolsas, y al ver a su hija tan arreglada preguntó lo evidente.

-Saldré al centro comercial para comprar algunas cosas para el proyecto del video.-

-¿Con Nani?-

-¡No mamá! Iré con el chico que te mencioné-

-terminé- dijo Jonathan dándole los sarcillos de mala gana

-¿y a ti ahora que te picó?- Chilló Mary

-Nada, ¿qué no te ibas ya?-

-estás demente.- giró a ver a su mamá –adiós, regreso en un par de horas-


Ignorando la grosería de su primo, y colocándose su bolso corrió hacia la puerta para irse por fin, estaba emocionada, y no dejaría que nadie le quitase ese bonito sentimiento. Se sentía como en esas películas en las que corres a la primera cita y todo sale de maravilla, aunque claro está, ella no iba a ninguna cita; es solo un par de compras que hará con compañía. Se lo repitió unas cuantas veces más en el autobús, y otras más cuando entró al centro comercial.  Divisó su reloj y notó que iba sobre la hora, rayos, tenía que correr.
Había quedado de encontrarse con él frente al cine, cuando llegó al mismo divisó a mucha gente como era obvio, aunque resulte extraño, las funciones nocturnas en ese cine siempre eran muy frecuentes, miró hacia ambos lados insistentemente tratando de localizar a Joshep, lo hizo luego de algunos minutos, sonrió sin poder evitarlo.

Ahí estaba él, con unos jeans oscuros y una camiseta blanca. Sencillo pero sonrojante, ella le hizo una seña y se acercó con rapidez

-siento llegar tarde, ¿te he hecho esperar mucho?-

-ni tanto.- repuso él –unos cinco minutos, supuse que llegarías tarde, así que traté de no venir tan temprano

Ella no pudo ocultar su cara de vergüenza

-¡No te preocupes!- rió él –soy igual, claro, si no es algún ensayo de baile- sonrió
Ella sabía que eso era mentira.

-oye, ¿te gusta el helado?-

-¿eh?-

-sí, eso, mira, ahí hay una heladería- Joshep la tomó de la mano luego de decir eso y la llevó hacia allá –quiero quitarte la vergüenza- sonrió –no quiero que creas que soy un amargado ni mucho menos.-

-nunca lo he pensado.- rió Mary haciendo su mirada hacia un lado -¿no sería mej…- él la interrumpió

-te regalaré un helado y punto- dijo juguetonamente, -¿Cuál es tu favorito?-

-Oreo- dijo tímidamente ella

-perfecto.-

Y así fue, Joshep compró los helados y se sentaron en unas mesitas muy graciosas frente a la heladería, habían familias, novios y amigos por doquier, haciendo bullicio y comiendo animadamente los helados. Optaron por sentarse en una de las mesas más apartadas, estaba más cerca de la tienda a la que irían luego de comer el dulce.

-¿napolitano?- dijo Mary tratando de sacar conversación

-sí, siempre me ha gustado, aunque soy del tipo de personas que es obsesiva maníaca por todo tipo de helados-

Mary rió un poco por los gestos de Joshep.

-¡Es enserio! De pequeño sufrí varias indigestiones por eso, sin embargo no deje de probarlos- tomó un poco más y señaló el de ella -¿y tú? ¿Solo gustas oreo?

-Jaja, cada vez que puedo sí, no suelo comer mucho helado, cuando lo hago solo intento que no sea de fresa, la odio-

-¿por qué?-

-no lo sé… parece ser color rosa, odio el color así que… me da miedo intoxicarme- sonrió ella comiendo el rico helado de oreo, Joshep rió también

-es peligroso, ¿eh?-

-algo-

-Oye, disculpándome antes por interrumpir esta apasionada charla a cerca de los peligros del sabor rosa- rió Joshep – pero, quería hacerte una pregunta-

-¿pregunta? ¿A mí?-

-Sí, verás, es en realidad una duda. No quiero cometer errores.-

Mary alzó una ceja sin entender muy bien, frunciendo el ceño extrañada. Joshep hizo a un lado el helado y se tornó un poco más serio

-Tu… ¿tienes algún lazo fuerte con… Jonathan?-

Mary estaba que no lo creía.

-¿eh?-

-eso-

-L-lo siento- tartamudeó dejando el helado ella también de lado –no entiendo el punto-

-vaya que lo entiendes, ¿podrías solo responderlo?-

-Si a lazo te refieres a que prácticamente nos criamos juntos, si, si lo tengo, es como de mi familia-

-Familia…- susurró Joshep –familia- dijo como queriéndose convencer a si mismo tomando nuevamente el helado

-no me lo tomes a mal, pero, ¿a qué se debe esa pregunta?-

-curiosidad- sonrió Joshep viéndola a los ojos –wow, no me había fijado que el color marrón de tus ojos brillaba como el cobre-

-¿c-cobre?- casi chilló Mary ante la ocurrencia de quien la acompañaba

-Sí, brillan distinto, me gustan-

Mary se sonrojó horriblemente, tomó un poco de helado y no supo que más decir. Él pretendía algo, él sabía cómo lograr cambiar de conversación y él sabía cómo callarla fácilmente. Estaba perdida. Solo había otra persona que podía hacer eso, y esa persona… le había hecho un berrinche antes de darle sus sarcillos al salir, ¿Qué le sucedía a ese mundo?, ¿Qué sucedía con esas preguntas tan extrañas? ¿Lazos con Jonathan? ¡Por favor!, esto no pretende ser una comedia ni mucho menos.

-lo siento- aquel murmullo pareció sacarla de sus pensamientos, alzó su mirada quedando contra la de Joshep, en una encrucijada sin posibilidades de volver atrás. –no quería hacerte sentir incómoda, ¿vamos a comprar lo que vinimos a comprar?-

*

Una bolsa muy pesada, dejó descansar su brazo en cuanto la dejó en el suelo al llegar a la puerta de su casa. No pudo evitar escuchar el sonido amplificado de una pista de audio, el Bolero Sabor a mí, que cantaba su madre como solo ella sabía hacerlo. No pudo evitar sonreír al escucharla, ensayaba para dar lo mejor de sí a diario y ya se sentían resultados, entró finalmente.

-¡Cariño!- dijo Gladys bajando el volumen de la planta de sonido, se encontraba ensayando en la sala de estar -¿Cómo te fue?-

-¡Bien mami!- dijo como una niñita Mary, dejando la bolsa sobre el sofá –mañana te contaré todo, tengo mucho sueño- se acercó a abrazar a su madre

-Si tienes hambre hay comida en la cocina, y vete a dormir de una vez, ¡No te pongas hasta tan tarde a  escribir! ¿Ya tomaste tu vitamina?-

-Mamá- dijo Mary soltándola –no te pongas pesada, ¿sí?, hasta mañana- besó su mejilla y cruzó la sala subiendo escaleras arriba. Era mentira que moría de sueño, lo cierto es que, era cierto que había pasado unos bonitos momentos pensando en su video y comprando todas las cosas, pero esa preguntilla no se le iba de la cabeza, no entendía por qué él la había hecho. Cuando llegó al borde de las escaleras lo recordó.

-¿y dónde está Jonathan?- dijo lo suficientemente fuerte como para que su mamá escuchase

-no lo sé, se fue a arriba hace mucho- dijo su madre regresando a lo suyo, cuando Mary divisó con más detenimiento el pasillo al frente de ella rectificaba aquella afirmación anterior, por supuesto que había estado ahí, había un desastre.

-¡Rayos, Josh!, ¿Qué haces usando una llave?- dijo levantando del suelo dicha herramienta de ajuste, y terminando de abrir la puerta de su habitación -¿qué ahora eres ingeniero o qué? ¡Y luego me preguntas por qué digo que eres un extraterres…- se detuvo en seco al ver hacia la cama, estupefacta por lo que sus ojos le mostraban.

¿Eso era lo que la molestaba todo el tiempo? Jamás lo hubiese imaginado, había olvidado lo que era ver a su primo dormir, estaba durmiendo, así tumbado boca arriba sobre la cama. Se acercó a la cama dejando la llave sobre el buró y jaló una sabana que estaba debajo de su pierna derecha, la abrió y extendió sobre su cuerpo.

-Joder Josh, mañana me las pagaras- sonrió ella malvadamente al acabarlo de arropar con la sábana blanca –podría hacer algo justo ahora que estas indefenso, pero no sería digno de un santo de Athenea, ¿verdad?, ¡Mary de Escorpión tiene orgullo!- dijo ella haciendo una pose tal de un superhéroe. Y riéndose a sí misma por tal tontería, salió de la habitación del extraterrestre narcisista.

Bostezó ignorando lo demás en el pasillo, y yendo directo a su habitación, estaba harta de estar pensando tanto, iría a dormir de una vez por todas. Al abrir la puerta, de inmediato se deshizo de sus accesorios y fue a remover el maquillaje. Ya con su pijama lista y agradeciendo que el siguiente día sería un viernes fue a su cama. Cerca de la misma, tenía una pequeña mesita, en la que ponía los libros que leía antes de dormir y estaba sobre esta contra la pared su cartelera de ideas, allí, armaba sus ideas con alfileres, trozos de papel y garabatos que recién se les ocurrían. Pero no fue eso lo que le llamó la atención, fue otra cosa que no pudo evitar dejarla más perpleja que ver a Josh dormir.

Una cámara fotográfica, una que ella conocía perfectamente.

¿Qué sucedía?

Prácticamente atónita se acercó a la misma, estática ante tal sorpresa, sin poder creer lo que veía, y no, no estaba soñando. No había lente roto. La cámara estaba reparada, y a juzgar por las herramientas que… maldición, rayos, ¡centellas! ¿Qué se suponía que debía decir o hacer ahora? Tomo la cámara entre sus manos, estaba ahí reparada.

¿Con que lazos, eh? Él siempre la había acompañado, como un hermano amargado mayor, el era todo lo que tenía y casi, casi, casi, en lo que más confiaba…